Esperando que aparezcas y entre tanta tristeza tu rostro alegre y familiar, me devuelvan la luz que se aleja…
-¿Recuerdas cuándo venimos aquí por primera vez?
Se trata de las nubes que pinté contigo en un santuario para osos.
Mis manos temblaban, las mariposas:
-¡Claro que revoloteaban!
Tan emocionada y nerviosa por ti...
Fue aquí que te enamoraste de Abril, miraste la luz blanca de los enamorados.
Creo ingenuamente que regresando al lugar podré revivirte y traerte del pasado a mis brazos...
Pero una vez más solo estaba soñando...
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