Mi cara ha sido cubierta por tus
dedos…
Recorres mi
nariz, la orilla de mis labios… Nunca habías visto con los dedos hasta hoy…
Nuestros ojos están
entre abiertos para visualizar las texturas que nos provoca la cercanía de
nuestros cuerpos.
Frente a
nosotros no hay materia, no son cuerpos, no es sexo… Es el imán de tu energía,
almas que se hablan frente a frente con choques de electricidad a tan delicioso
placer.
Jalo de ese
hilo al que siempre has estado atado a mí, es color plata y aunque a veces
llegue a separarse kilómetros de distancia, cualquiera de los dos puede jalarlo
para regresar.
Encuentro al
fin tus labios, delicioso festín de carne que arranco a mordidas pese al dolor,
no esperaba más a tanta expectativa por el descubrir el sabor del amor.