Cuando el hombre es el primero
en romper la ley "vivir el ahora" con la celebración cíclica de una
semana (a vísperas de una guerra contra Irán) que se llama santa, y por las
calles del barrio el alo de purificación olvida cualquier pecado cometido antes
de estos días, viene a la gente el recuerdo de los milagros que ya formaron
parte de los vitrales multicolores en la parroquia de la calle Infierno.
Como siempre decía....
-El único milagro aquí es el amor
Difícil ya de creerlo real.
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