La entrada te recibe con las
ruinas de un teatro majestuoso y los cacharros apilados de un gobierno de
despilfarro: escombros de nuevos proyectos inconclusos por justificar gastos de
una administración de compadrazgo.
Hay muchos
contra luces, este escenario es perfecto para retratar la arquitectura
vanguardista de Marcelo Ebrard y una guerra interminable del memorable
Calderon, en contraste con el pasado de un Distrito que alojaba más esperanza
que la actual "Capital del Mundo".
En
los trenes del suburbano, hay niños que llegaron tarde a la escuela y regresan
derrotados a su Estado de México. El Estado de México (ahora el más poblado) es
el paraíso porque maravillosamente a 40 años, puedes pagar un crédito y
adquirir una casa de 20 metros por 10.
Un
letrero se asoma en una estación "La vida real". Así es... parece que
Suburbia no engaña en su
publicidad... Esta es la vida real: el mismo vagón lleno de contrastes, señoras
cansadas, hombres en asientos para embarazadas, embarazadas en los pasillos: desigualdad...
Cajas de
trenes, postal de desahucio y a lo lejos chimeneas amarillentas gigantescas de
una empresa dedicada a la venta de leche.
Allá…
una ciudad saturada y entre la espesa capa de contaminación se vislumbra un
cerro, verde y desierto sin cajas habitadas por los exiliados de la ciudad más
grande del mundo.
Un parque
cerca de una casa de interés social, y en seguida, con ese color sepulcral: el
gris cemento de la cual está pintada toda la capital del mundo... Un puente
anuncia su modernidad; bajo él: escombros, vigas, cascajo de los despistados
que no encuentran dónde tirar su basura, fierros oxidados.
Miras a un
señor que mira a través de la ventana y se pierde entra la delgada línea de un
día común en el que imagina que aún (como no lo hizo de niño) podría volar
entre esos edificios, correr entre azoteas de casas aparentemente abandonadas o
soñar con empezar de nuevo.
Huele a
tumulto, a cansancio, a la madre cansada con ojeras y un babero rosa de cuadros
lista para echar otra carga de ropa en la casa (o quizá en otra casa que no es
suya). Se respira preocupación: de los pasajeros a quienes ya los alcanzó el
futuro. Y mientras el ganado toma el asa del tubo para no caer, meditan acerca de
cómo será la vida cuando su viaje sea mejor…
La
precipitación y humedad de la lluvia crean un sauna natural, la gente se mira
entre sí ante el aburrimiento provocado por la vista exterior que conocen como
la palma de su mano...
Una voz fuera
del contexto citadino anuncia: "Próxima estación: Fortuna"
La fortuna de
muchos: es llegar a casa. El infortunio de otros: empezar el segundo turno para
trabajar…
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